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LETRAS HUECAS

Pensamientos insípidos

EN TUS BRAZOS

Me cogiste de la mano y salimos a la calle. Empezamos a andar sin hablar. Tu brazo sobre mi hombro, acercándome hacia ti.

No decías nada. Sólo estabas allí, conmigo, abrazándome.

Notabas la tristeza en mi ojos, en mi sonrisa, ya no estaban como antes y querías que yo supiera que tú estabas allí, conmigo. Yo lo sabía... lo notaba y te lo agradecía. Estabas allí sin preguntas, sólo dándome tu apoyo.

Estar en tus brazos es como volver a casa.

CUESTIÓN DE TIEMPO

Cuando nos ponemos (nos ponen) en la situación de tener, por fuerza, que retractarnos de cada promesa, de cada beso, cuando no nos queda otra opción que apoyar la rodilla en el suelo y suplicar que venga el olvido a intentar disimular nuestras cicatrices, porque la decepción ya no desazona, sino que duele, hay darle la vuelta al alma como un calcetín.

Porque no sólo tenemos que renunciar a lo que emprendimos, sino también a lo que somos.

Y ser otros. Cuando cambian nuestras metas nosotros mismos debemos cambiarnos. Ya no tienen sentido nuestros viejos gustos, nuestras viejas costumbres, nuestros viejos métodos. Aquello que antes nos valía ha demostrado que ya no sirve, no nos favorece.

Persistir en el error es estúpido. Y es un lastre que no nos deja avanzar. ¿Que qué haces con todo el dolor que aún te queda dentro? Olvidar siempre es sólo cuestión de tiempo.

COMO CUANDO TENÍAMOS 25

¿Y si no podemos volver a amar como cuando teníamos 25?

Ahora que somos más viejos y más sinceros, ahora que los años nos han dado un par de lecciones fundamentales, ahora que por primera vez empezamos a reconocer el olvido (hasta hace poco, todavía no nos olvidábamos de nada). ¿No será que hemos madurado aunque nos sigamos comportando como adolescentes?

En aquella época todo era eterno: amábamos para siempre y odiábamos para siempre. Pero teníamos veinticinco años y no nos dolía la cabeza después de unas copas de más, ni nos costaba cambiar el aire después de correr.

¿Será que a medida que crecemos las cosas se vuelven más y más irreales? ¿Será que a medida que crecemos las cosas se vuelven más y más reales?

¿Y si no podemos volver a amar como cuando teníamos 25?

PÉRDIDAS

A veces, alguien muere y te deja  un agujero en el alma que no podrá ser tapado con nada. Pero por cada uno de ellos hay cien personas que se quedan y te acompañan, te sostienen, haciendo los tiempos difíciles menos crueles, y por eso seguimos.

Otras veces se abre una grieta en medio de lo que solíamos llamar familia, una grieta que no podrá recomponerse. Pero hay también pedazos de familia que aparecen para recordarnos para qué es, que sirve compartir una parte de la sangre y los recuerdos y que vale un abrazo cuando sale de dentro.

Una sombra pasa cuando pensamos en los amigos que no están y que ya no estarán nunca más para otro café, pero hay amigos, que aunque anden lejos, se las arreglan para traer con ellos la ternura, las palabras de aliento y nos impulsan a no abandoarnos porque se niegan a abandonarnos ellos.

Hay miedo y soledad, pero también hay un amor que no me desampara, que no falta, que me calienta las manos y me seca las lágrimas sin pretender que deje de llorarlas. Hay un amor que tiene, como todos, más de una pelea y unas cuantas manías que desesperan, pero las tiene en medio de una lista de virtudes que parece no terminar nunca.

Por eso las mañanas siguen teniendo luz y alguna que otra flor. Por eso nos negamos a converitrnos en fantasmas solos y desesperanzados, por que las pérdidas -ésta y las que vengan- son sólo una parte de este cuadro que tiene tanta luz y muchos colores que la gente mantiene vivos a base de cariño.

No hay palabras para agradecer eso. Nunca hay ocasión de expresar cuánto importa. Pero, de todos modos, hacemos el intento de decirlo: gracias.

CUANDO VUELVAS

Cuando vengas modificaré la clave de acceso a mi corazón y te la susurraré al oído, el día que aparezcas. Cuando vuelvas, quemaré los negativos de las fotos de las tormentas pasadas.

Si llegas, asfaltaré el camino a casa con trozos de meteorito azul, para que nunca te pierdas. Cuando llames a mi puerta, me sorprenderás tejiendo o destejiendo lo tejido, dependiendo de que sea de día o de noche.

Sólo sé que la luz de mi ventana te recibirá despierta, fundida de reproches, insomne de impaciencia. Pero sólo sucederá cuando vuelvas.

CORRIENDO

A veces la vida va tan rápido que vivirla y escribirla al mismo tiempo se hace complicado. Por eso desde primeros de año he tenido estos vacíos en los que han pasado semanas sin escribir, pero es que las horas y los días ya no son como antes.

En este tiempo he aprendido a comer de pie, solucionando mil problemas, he tenido que ver mi cama pocas horas a la semana, el teléfono se volvió el método más efectivo para acercarme a los míos y los kilómetros hasta casa eran cada vez más.

Pero también he ganado risas y buenos momentos, nuevas caras y nuevas calles, he visto cómo pueden llegar seres a nuestra vida que hacen un paréntesis en ella.

Han pasado tantas cosas que no he tenido tiempo ni de escribirlas...

PERLAS

Las perlas pierden su brillo si no las usas. En eso son como las personas, necesitan el contacto con la piel. 

BRING ME BACK...

BRING ME BACK...

Bring me back to the place where dreams come true...

Foto cortesía de Wao

BIENVENIDO, 2007.

La vida sigue aunque termine el año. No pienso que tengo que respirar, sólo lo hago. Sé que respiraré aunque no me lo proponga. La vida es una eterna sucesión de vidas, de ayeres y mañanas pero, sobre todo, de hoy.

De hoy, que no tiene plural. Quise ponerlo, pero no lo encontré, porque sólo hay uno. Sólo hay un hoy: hoy te veo, hoy quiero, hoy amo, hoy río, hoy sueño, hoy me despierto, hoy te llamo, hoy gozo, hoy soy yo. Hoy respiro, aunque no me lo proponga.

Sólo hoy lo hago, porque después de este instante ya no séra ahora, sino hace un momento, hace siglos o segundos. Será ayer. Para el caso, es lo mismo, tras hoy ya todo entra en tiempo pasado, perfecto o imperfecto. O en posible futuro. Imperfectamente perfecto.

Ayeres y mañanas hay muchos, felices, tristes, inolvidables, dolorosos, sorprendentes, acalorados, sinceros, opacos, esperanzadores... hay tantos ayeres de todo color y tipo; hay tantos mañanas que no existen todavía sino en el deseo de cada uno...

Hoy sólo hay uno. Hoy se cierra una etapa, cierro un ciclo. No sé qué me trae el año nuevo que empieza en unas horas pero, sea lo que sea, tiene las puertas abiertas.

FELIZ AÑO 2007.

LÁGRIMAS

Recuerdo todas las lágrimas que no llegué a dejar salir y pienso dónde habrán ido. Lo mejor que podemos hacer cuando queremos llorar es hacerlo.

Creo que las lágrimas que no derramamos se depositan en el corazón y al ser saladas, van haciendo una especie de costra hasta que terminan paralizándolo. Algo así como lo que pasa en la lavadora cuando la cal se deposita en sus engranajes...

DESTINO

Da igual un metro o mil kilómetros cuando no se tiene idea del lugar al que se quiere llegar.

PRIMER AVISO

Este fin de semana hemos recibido el primer aviso de que el verano está en su recta final, para alegría de unos y desgracia de otros.

Odio esta sensación de no saber muy bien qué tipo de ropa ponerme popr las mañanas, si de verano o de invierno. Si te pones ropa de verano, te puedes quedar helado si resulta que el invierno da su segundo aviso, pero si te vistes de invierno y al final resulta que era una falsa alarma, te achicharras.

Creo que no soy la única que sufre esta especie de "desconcierto estacional". Esta mañana, al venir a trabajar, he visto desde sandalias y camisetas de tirantes, hasta cazadoras y botas, pasando por chaquetas finitas.

Por suerte, esta mañana he acertado con el atuendo. Lo malo es que acertar hoy no implica necesariamente que acierte mañana, así que, ya os contaré qué tal se me ha dado. 

HIPOTECA

Hace meses que vengo siguiendo varios blogs, pero no ha sido hasta hace poco cuando me he decidido a empezar a hacer comentarios. No es que antes no tuviese nada que comentar al respecto, pero no me apetecía demasiado comentar.

Me pasa lo mismo que con los enlaces. Desde mi página sólo hay un enlace y mi idea no es mantenerlo así, sino ir poniendo enlaces a los blogs que, de una manera o de otra, llaman mi atención (como todo, es bastante susceptible de cambiar). Cuando visito esos blogs que mencionaba antes siempre veo unos cuantos enlaces a las personas que dejan comentarios y que en los blogs enlazados, igualmente hay comentarios del autor del blog inicial -hay premio si has conseguido entender esta frase a la primera-.

No sé si se enlazan unos a otros porque les gustan sus respectivos blogs o porque "como yo te enlazo a ti, tú me enlazas a mi" o si esa misma situación se da en los comentarios, "como yo te comento, tú me comentas".

Ha sido en este momento cuando he descubierto que, lo reconozco, me gusta que alguien entre en mi blog, lo lea y comente, no quiero que se haga para pagar esa hipoteca por haber dejado algo escrito en el blog de alguien.

Resumiendo, el que quiera comentar, que comente, el que no, pues no.

NO PROMETO NADA

Llevo prácticamente una semana sin escribir nada en el blog, lo sé, soy plenamente consciente de ello. No voy a decir que me he dedicado a reflexionar sobre qué escribir, porque nada más lejos de la realidad. Cuando me lancé a la aventura de crear un blog lo hice pensando que escribiría lo que me diera la gana y cuando me diera la gana. 

No pretendo tener fieles lectores (aunque reconozco que mi ego se sentiría gratamente complacido), sentar cátedra con mis opiniones o falta de ellas, ni siquiera pretendo estar satisfecha con lo que escribí ayer o anteayer porque, como todo, cualquier opinión es susceptible de cambiar en función de la situación personal que haya alrededor.  

Sólo prometo tres cosas: que cualquier cosa que escriba será algo que sienta en ese momento, que no borraré nada que ya haya publicado, aunque pasado el tiempo no me guste leerlo y que escribiré siempre que pueda o tenga algo que contar.

ESTAMOS EN AGOSTO

Cada mañana voy a trabajar por una ciudad desierta, abandonada. Vivo en una zona en la que durante el resto del año hay bastante atasco a la hora punta, pero esta mañana sólo había tres coches y una moto en un semáforo. 

Estamos en agosto: a medida que voy avanzando por la calle de casa al trabajo en cada escaparate veo el típico cartel en el que pone “CERRADO POR VACACIONES”.  

Estamos en agosto: no hay atascos, no se oye un claxon, el teléfono del despacho no ladra, el fax no ruge… Casi se diría que, por un par de semanas el mundo se ha detenido y en Madrid reina la paz y la tranquilidad. 

Entre los que nos quedamos trabajando también hay un ritmo distinto, un ambiente más distendido, más relajado. Quizás se deba, en parte, a que el teléfono no ladra y el fax no ruge. Pero no es sólo una actitud en el trabajo, es general, puedes cruzar la calle aunque esté a punto de ponerse en rojo porque el que, en cualquier otra época del año pegaría un acelerón para llevarte por delante, ahora no tiene prisa y posiblemente piensa: “¡Qué demonios! Estamos en agosto”.

DESCUBRIMIENTO

A veces la solución a un problema es, por absurdo que parezca, no hacer nada.

CONSEJO

No soy muy dada a dar consejos, pero el de hoy es inevitable:

Cuando dices: "voy a guardar esto aquí
para que no se me pierda/olvide"...

...procura que "aquí"
sea un lugar que recuerdes

PROPÓSITOS

PROPÓSITOS

Desear lo que sí puedes tener no es estúpido, es práctico.

Firme propósito: dejar de desear lo que no puedo tener.

NADA MÁS QUE AÑADIR

Las personas pueden olvidar lo que les dijiste, 

las personas pueden olvidar lo que les hiciste,

pero nunca olvidarán cómo los hiciste sentir.