Blogia
LETRAS HUECAS

Mirándome el ombligo

NO SÉ QUIÉN ERES

Y sé que estás ahí, mirando mi blog porque llegaste aquí de casualidad o porque alguien te habló de él.

Me han dicho que te gusta y que, a veces, entras a leerlo... así que te doy las gracias. Me hace mucha ilusión saberlo, especialmente de ti, que no me conoces y no hay ningún motivo especial para que te enganches a mi vida, mi vida de verdad y mi vida de mentira...

Dirás que soy tonta, que soy una sentimental, pero en cada post que tú lees hay un hilito y si tú tiras de él, cada vez estamos más cerca.

Muchas gracias por estar ahí, por buscarme, por leerme sólo porque sí.

Dedicado a todos los que respondieron al post TOC TOC, y a aquellos que me siguen desde las sombras. Muchas gracias a todos.

TE VI PASAR

Esa tarde llovía. Yo iba en el coche y sólo llegaba el sonido lento y repetido de las escobillas del cristal, afanándose sin descanso por quitarme las gotas de los ojos.

Llovía, pero poco. Eso sí, estaba muy nublado. La tarde era gris, una tarde nueva de un otoño que empezábamos a estrenar. Un otoño lleno de agua lenta y de silencio al ritmo del limpiaparabrisas.

Y es que el día no podía acompañar. Era lunes, no queríamos trabajar los que teníamos oficina a la que ir, y los que son de la calle, no encontraban esa tarde la gracia a eso de no tener casa. Los que estaban a dieta, no habían perdido peso. Los que no estaban solos, aún no tenían bastante para sentirse acompañados y los que estaban solos no estaban seguros de querer estarlo. Los que habían comido, no terminaban la digestión de los postres.

Es lo que tienen los otoños cuando llegan como ése, rápido, sin avisar y con los pies descalzos, llenos de lluvia. No hacen ninguna gracia. 

"El detalle para esta tarde debe ser andar despacio", me dije. "Y mirar". Como pude, saqué los ojos por la ventanilla y me dediqué a seguir a los paraguas. Uno, dos, una niña con botas de agua, uno con maletín, dos que se cruzan... Y de repente, como surgen las musas, la inspiración y los amores sorpresa, mis ojos se posaron en ti...

Se me había olvidado que yo te quería. Que me enamoré de ti cuando te vi. Que me pedí uno como tú durante muchos años en mi carta a los Reyes Magos. Que me volví a enamorar cuando te vi más de cerca, y el corazón se me salía. Y tus manos, el ritmo de tus manos me dejó donde yo quería, que era al lado de tus dedos. Y tus ojos... Justo así, como la última vez, así iban conmigo esa tarde.

Ha sido un segundo y ha parado la calle, la lluvia y la tierra y a mi me ha dado cuerda para volver a sentir que el pecho se me llena de aire, de lluvia y de miedo cuando te veo, y los ojos se me hacen más grandes y más oscuros.

Miro al cielo, como puedo, mientras dos nubes me llenan los ojos de agua. Miro al cielo y veo la luna, medio dormida. Aún andas apostado en la luna, mirándome, y tú lo sabes. Aún hay un hombre en la luna que me sigue mirando.

VOLVER A EMPEZAR

Una se da cuenta con el tiempo, aunque llueva soledad, las nubes negras y los truenos dejan de asustar. Y los relámpagos de recuerdos dejan de ser motivo de temor y empiezan a ser motivos de sonrisas nostálgicas.

Y aprendes a meter los pies en la arena, soltarte el pelo, levantar los brazos, recibir al viento alrededor del cuerpo y a abrir bien los ojos para ver cuándo se acerca la ola.

Y valoras. Y extiendes las alas. Y emprendes el vuelo. Y caes. Y te levantas. Y te preparas para volver a caer.

Porque lucho, me desgarro cuando amo, me apasiono con lo retos y siempre llego al final. Porque ha llegado el momento de estrenar la ropa nueva y perder, para siempre, la maleta de los sueños rotos.

Porque llegará el día en que ni los vientos fríos del norte puedan impedirme el vuelo.

NOCHE DE CUENTO

Noche de reencuentro con viejos amigos, de lluvia a cántaros, de perder cosas y de oír las goteras de los árboles repiqueteando contra el techo del coche. De apostar recuerdos en la puerta del corazón. De poder escurrir el abrigo y no encontrar la ropa.

De disculpas y perdones dulces como pocos. De sonrojarnos por tontadas. De abrazos. De ser Cenicienta a las 6... y de que al amanecer pierda uno de mis hermosos zapatos de cristal.

Gracias por una noche de cuento de hadas.

EN CRISIS

Tengo crisis de blog. Las teclas me pesan, las palabras se me traban y las ideas están muertas. Me doy mucha pereza, no creo tener una profundidad de pensamiento suficiente para tener algo que contarme últimamente: no leo, no retengo las nuevas tendencias y no sé qué está pasando políticamente por ahí. No tengo criterio para criticar el mundo y no tengo ganas de polemizar.

Voy viviendo en mi mundo, mirando a las personas y oyendo siempre un "tiqui, tiqui, tiqui, tiqui, tiqui tuk". A veces me quedo mirando a la gente y se me escapa en alto lo que oigo: "tiqui, tiqui, tiqui, tiqui, tiqui tuk".

Me miran raro pero yo me hago la loca y miro para otro lado....

MI NUEVA CASA

¿No notas el olor a nuevo? ¿El olor de la pintura?

Aún estoy intentando acostumbrarme a mi blog, mi nueva casa en la que puedes encontrarme desde hace un par de meses. Todavía no conozco todos sus rincones, y los muebles aún no están en su sitio definitivo, pero poco a poco me voy haciendo con ella, un cuadro aquí, un sillón allá...

Voy poniendo cosas que van consiguiendo un ambiente acogedor e íntimo aunque tampoco quiero pasarme, no sea que quede tan íntimo que te sientas un intruso. La idea es que al final cualquiera se sienta tan a gusto como en su casa.

AGOBIO

Hoy estaba agobiada, muy agobiada por muchos temas que tenía pendientes de cerrar. Cuando el agobio estaba a punto de convertirse en histeria alguien me ha dicho:

"Tranquila, el mundo gira sin necesidad de que tú lo empujes"

 

UNA DE MANÍAS

He perdido a un par de mis mejores amigos porque yo me he vuelto más drástica, ellos más intolerantes y a ambos lados más cabrones. Existen sólo dos hombres en mi vida autorizados a regañarme y a los que perdonaría cualquier cosa. Tengo más amigos hombres que mujeres.

Disfruto de lo lindo en bares de mala muerte charlando con el primero que se me acerque, pero no me importa tener que arreglarme para ir a una fiesta formal.

Adoro el frío y no me importa que se me congelen los pies si hacer que me entren en calor significa no poder andar descalza. Me es complicado dormir con alguien. Odio desmaquillarme, no me importa parecer un mapache al día siguiente.

Siempre me fijo en los demás. Jamás olvido una cara. Le tengo pánico a las alturas y a cualquier bicho de menor tamaño que un gato.

Amo el romanticismo, pero odio la cursilería. Soy más perfeccionista de lo que parezco, pero menos radical de lo que se me ve. Tengo obsesión por controlar las situaciones. Ah, y que me haya salido una arruga tampoco me preocupa tanto.

MI PRIMERA ARRUGA

Me ha salido una arruga. Mi primera arruga. Parece que los años empiezan a notarse. 

Tras este dramático descubrimiento no me ha quedado más remedio que adentrarme en el mundo de las cremas, cosa que, hasta hoy, quitando la crema hidratante normal y corriente, era terreno desconocido para mí. Sobra decir que no creo que ninguna crema te las quite, por mucho retinol activo, caviar, calcio, etc. que lleven. 

Hay cremas para el contorno de ojos, ampolla flash, de día, de noche, nutritiva -¿será que se come?-, decontractor de arrugas, rellenador de colágeno, efecto lifting, descongestionante, reguladora, clarificante, con textura de mousse, en spray, en gel…  

Sólo se me ocurre un mundo más complicado que el de las cremas, el de las compresas: con alas, sin alas, de día, de noche, con absorción normal, plus, ultra… 

Conclusión: ¡Qué difícil es ser mujer!.

DE VUELTA

Todo lo bueno se acaba y, como todo, se me han acabado las vacaciones sin nada destacable: levantarme tarde, playita, aperitivo, siesta, montones de libros para quedarme hasta las tantas leyendo y poco más. 

Lo más sorprendente ha sido volver a mi playa y ver peces en las olas. Llevo veraneando toda mi vida allí y nunca hasta este año los había visto y eran preciosos, diminutos pececitos de unos cinco o seis centímetros que te rodeaban mientras te bañabas. 

En julio, al recordar que me dijiste que habías estado allí, sentí que me habías robado MI playa, la sentí sucia, contaminada… Por suerte, al volver, la he vuelto a sentir mía. Hace falta mucho más que tú para robarme mi playa.

UN LUGAR EN EL MUNDO

Me gustaría saber cómo hace una para saber cuál es su lugar. Yo por ahora no lo tengo. Supongo que me daré cuenta cuando esté en un lugar y no me pueda ir. Supongo que será así: aparecerá.

Todavía tengo tiempo de encontrarlo.

NO ESCRIBO SÓLO PARA MI

Cuando empecé a escribir este post, era sobre un tema totalmente diferente, hasta que me hice una pregunta, si escribo para mi, ¿por qué lo escribo en un blog donde, aparte de mi, lo puede leer cualquiera?.

Pues bien, escribo para mi, pero no sólo. Quiero decir, que mi necesidad de expresarme va más allá que decirme cosas a mi misma, sino que necesito que me lean, aunque no sepa si alguien lo lee o desconozca quién es ese alguien que me lee.

Supongo que todos, en uno u otro momento hemos oído eso de que si un árbol se cae en medio de un bosque y no hay nadie para escucharlo, ¿hace ruido?. Resumiendo, si en algún momento este árbol cae en medio del bosque, quiero que haya alguien cerca para que pueda decir si hice ruido o no.

DECIDIENDO

Ahora que tengo más tiempo me planteo si haré algo el año que viene durante el invierno. Normalmente compagino el trabajo con algo, ir a algún curso o dar clases en un máster y me pregunto cuál de las dos opciones será la más adecuada para el año que viene. 

Por un lado, me había planteado volver a la universidad, pero en otro plan, quiero decir, ya tengo mi carrera y mi trabajo, ahora sólo estudio porque quiero, vamos, que no tengo ninguna prisa y me lo puedo tomar con toda la calma del mundo. 

La otra opción, es volver a dar clases. Es algo que me gusta y, debo reconocerlo, disfruto haciéndolo. Quizá no tanto por transmitir la teoría, sino por contar lo que es la práctica, por poder decir: “Os he explicado lo que dice la ley, ahora os voy a contar lo que pasa ahí fuera”.  

Sigo sin decidirme… bueno, aún me queda tiempo para pensarlo.

MI SILLÓN

Hoy me he comprado un sillón. Llevaba deseándolo desde que nos vinimos a vivir a esta casa. 

He tenido que remover todos los muebles de todas las habitaciones hasta que le he encontrado el sitio perfecto. Y removerte todos los pensamientos para convencerte de que ese sillón es exactamente lo que necesitamos para ese rincón. 

Y hasta hace un momento, ahí estaba, sentada en mi nuevo sillón, blanco, impecable, reluciente, con su almohadón de rayas verdes y azules, al lado de la ventana entreabierta, dejando que se colase por entre las cortinas un poquito de brisa que me revolvía el pelo. 

Adoro este sillón.

AHORA

Aterrada por el futuro, atormentada por el pasado… pero si hay oportunidad de avanzar, nunca se debe retroceder. Ahora sólo depende de mí.

CUMPLEAÑOS

Hoy es mi cumpleaños. Hay quien dice que no he cambiado mucho. Yo creo que sí, ahora tengo unos cuantos años más y un puñado de sueños menos. 

Es curioso ver cuánto ha cambiado mi vida en sólo una vuelta de la Tierra alrededor del Sol y cómo han cambiado mis compañeros de viaje. Hoy veo con alegría que tengo otras llamadas, otros mensajes: llamadas de personas que el año pasado, o no estaban en mi vida, o no era lo suficientemente importante para ellas como para llamarme. 

También es cierto que descubro, no sin cierta tristeza, que, de la lista de todos los años, se han caído unos cuantos nombres, unos más importantes que otros, unos duelen mucho más que otros, unos ya sabía que se habían caído de la lista, otros han caído hace poco…  

Existe la posibilidad de que algunos ni siquiera se hayan caído, sólo que les haya pasado como me ha pasado a mí otras veces: simplemente se les ha olvidado, y llamarán dentro de unos días para pedir disculpas por olvidarse… 

Espero sinceramente que alguna de las llamadas que este año no llegarán, lleguen el año que viene.