ATRAPADA
No tengo las riendas de mi vida y todo se precipita hacia direcciones que no sé si quiero tomar. Nada es como yo había pensado. Lo que había pensado, de llegar a cumplirse, va a tardar mucho, quizás demasiado, en llegar.
Los días pasan y no me va a quedar otra opción que adaptarme, aunque sé que me arrepentiré más pronto que tarde de no hacer nada. Pero, ya ves, en vez de intentar poner remedio, me dedico, nuevamente, a dejar que pase.
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oyecesar -