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LETRAS HUECAS

CONFETI

Hubo un día en que salté por los aires. Salté y me dejé mecer hasta el suelo. Salté en mil pedazos y cada uno tenía todo lo que podía ser: un beso, un recuerdo, un sueño imposible, un deseo cumplido, una caricia... 

Fue el día en que me deshice de los malos ratos pasados durante meses, las pesadillas que me atormentaban, los silencios, las miradas vacías y las malas contestaciones que hicieron que se me marcara el cansancio, el dolor y las heridas. Y es que todo había terminado. Y yo sólo lloro al final de las películas.

Ese día, en el que sólo fui confeti, porque ya no tenía fuerzas para más, dormí sola. Sin cuento, sin abrazo, sin llamada deseándome felices sueños. Sin susurros y sin besos. Sin ganas y sin fuerzas, me quedé dormida. Débil y tan agotada como un juguete al que se le han acabado las pilas.

Sí, es verdad que exploté. Y también es verdad que me convertí en confeti. Me niego a desaparecer sin hacer una fiesta, aunque sea en el último momento. Y aunque fue complicado, sobre todo porque se perdieron algunos de los trocitos de papel más importantes, conseguí recoger el confeti, papel a papel, hasta volver a hacer de nuevo el folio.

Al principio estaba un poco feo, pero después lo he planchado para estirarlo un poco y quitarle las arrgugas, lo he pintado de vivos colores, he rellenado los trocitos que quedaban vacíos. Ahora tengo un folio diferente, empiezo desde cero de nuevo, pero ahora que ya va quedando mejor, al leerlo veo que aún hay cosas hermosas escritas. 

4 comentarios

Turandot -

Que tu pones el confeti y yo la tarta de chocolate, cualquier excusa es buena para celebrar, más si es un re-nacimiento :)

Letras Huecas -

Alicia, tienes razón, siempre es bueno tener un papel nuevo, que no arrastre arrugas ni borrones, para poder volver a empezar.

Un beso
____

Si tenemos que tirarnos a la papelera para empezar de cero, que sea por todo lo alto, con confeti y, si hace falta, hasta fuegos artificales, ¿Tú qué crees Turandot?

Turandot -

A veces es necesario arrugarse y lanzarse a la papelera, para poder empezar de nuevo, para que los prejuicios que aunque borrados de la hoja aún dejan ver rastros de lápiz se dejen atrás y podamos reescribirnos sin lastres.
Triste y preciosa metáfora la del confeti :)

Alicia -

siempre es bueno tener papeles nuevos para escribir