Blogia
LETRAS HUECAS

Demonios

Y

Te odié por conocerme mejor que yo. Me odié por no poder mentirte. Nos odié por encontrarnos. 

Te odié por llenarme de tu olor. Me odié por emborracharte con el mío. Nos odié por sentirnos. 

Te odié por contar la constelación de lunares de mi espalda. Me odié por sentir tu piel en la yema de mis dedos. Nos odié por equivocarnos. 

Te odié por ser congruente. Me odié por amarte. Y nos odié por cobardes.

MENTIRAS

El mail que deseé escribir y no te enviaré: 

“No importa. Estoy bien. Gracias”

Tres frases, dos mentiras. Voy progresando: ya no me importa mentirte. Aunque puede que esta sea la tercera mentira...

ATRAPADA

No tengo las riendas de mi vida y todo se precipita hacia direcciones que no sé si quiero tomar. Nada es como yo había pensado. Lo que había pensado, de llegar a cumplirse, va a tardar mucho, quizás demasiado, en llegar.

Los días pasan y no me va a quedar otra opción que adaptarme, aunque sé que me arrepentiré más pronto que tarde de no hacer nada. Pero, ya ves, en vez de intentar poner remedio, me dedico, nuevamente, a dejar que pase.

DEVUELVEME A MI AMIGO

Anoche soñé contigo: tus ojos devoraban mi piel, tu boca me cubrían de besos, tus manos descubrían mi alma... 

Desperté y volví a la realidad: tus ojos secuestran nuestra mutua confianza, tu boca me pide que me aleje, tus manos están cubiertas de jirones de mi piel, y el único fuego artificial que hubo fue nuestra amistad saltando por los aires, cayendo al suelo convertida en cenizas.

Olvidé mi vértigo y me subí a tu cintura. Ahora deseo tu olvido: olvida la semipenumbra de la habitación y mi pelo cayendo en tu pecho desnudo mientras mis labios regalaban besos, olvida las caricias que nacían en mis manos... 

Olvida aquella tarde y recuerda a la amiga que lloró por ti cuando le dijiste que todo se había acabado, a la que compró todas tus acciones cuando estaban a la baja para tomar las riendas e intentar que subieran de nuevo, a la que quiso poner una tirita en tus heridas, a la que sabías que estaría ahí si lo necesitabas.  

Por favor, devuélveme a mi amigo. 

PALABRAS VACÍAS, LETRAS HUECAS

Por aquellas tardes en que paseamos de la mano, por haber sido ese refugio al que podías acudir a cualquier hora del día o de la noche a decirle que te habían partido el corazón, por  haber mecido en mis brazos el dolor que otra provocó hasta adormecerlo, por los días en que el Sol se  apagaba y sólo con mirarme me devolvías la luz, por la noche en que tu voz, desde el otro lado del teléfono, me dijo que me deseabas, por intentar aprender a ser lo que tú necesitabas para que me necesitaras lo que yo te necesito. 

Por aquel día en el que el olor a rocío de mi piel se fundió con el olor de la tuya, por el instante en que me cogiste de la mano, por aquel tímido beso, por pasar mi mano por tu pelo, por rozarte con la yema de mis dedos, por tus manos descubriendo cada centímetro de mi piel. 

Porque supe que sería tuya para siempre…  

Porque nuestras palabras se convirtieron en silencios, porque tus caricias tenían su nombre, porque mis sonrisas se tornaron lágrimas, por la necesidad de saber de ti y un teléfono mudo al otro lado, porque  me parte el alma necesitarte a mi lado y tú sólo sueñas con ella, porque tú no me necesitas y para mí eres el aire que respiro, porque ni me quieres ni me has querido y yo nunca podré dejar de amarte, porque me desgarra acunar las heridas que te hace ella...  

Nada hará que te olvide, ni que me duela menos saber que no eres capaz de verme, pero ya no tendré que fingir que no me importa. Nada hará que no esboce una sonrisa cuando oiga tu nombre, nada hará que no se me ponga la piel de gallina cuando pase cerca de alguien con tu mismo olor, nada hará que no cruce los dedos cuando suene mi teléfono deseando que seas tú quien llame, nada hará que no me estremezca cuando te vea aparecer, nada hará que pierda la esperanza de que vuelvas a verme...  

Porque mis alas se están apolillando, porque mi cuerpo pide unos abrazos que no me das, porque necesito volver a sentir el Sol acariciando mi piel, porque tus manos ya no tienen magia, porque tu mirada ya no me ilumina, porque ya no quiero verme transportada al mundo de pesadillas en el que yo sólo quise ver sueños y promesas que nunca hiciste, porque necesito calor y tú sólo me das frío...  

Porque todas las palabras que estoy escribiendo, son palabras vacías, letras huecas: jamás abandonaré este barco, ni te abandonaré a ti.